viernes, 18 de febrero de 2011

PREMIO NOBEL VS. MAESTROS

Por Lic. Dessire Allinson Alcedo Sanz


El Premio Nobel es una distinción mundial por especialidades (economía, medicina, física, química, literatura, a la paz) que exalta la creación a favor de la humanidad. Existe un comité especial que evalúa por su obra, aportes o inventos los méritos de los candidatos.
En los medios académicos el Nobel es la consagración absoluta. Muchos han aspirado a ese premio, pocos lo han obtenido. Jorge Luis Borges, un genio de la literatura, murió sin obtener el Nobel a pesar que millones de lectores lo reclamaban para el escritor argentino. Hay diversos criterios para escoger al Nobel, incluso algunos de carácter subjetivos, por tanto, no hay fórmula mágica o única para obtener tan elevada distinción.
Analizando el caso de Mario Vargas Llosa, en el 2010, se observa que su talento innegable ha estado acompañado de una disciplina rigurosa, de allí su frase: “que su mérito es 1% de talento y 99% de trabajo”.
El Nobel no es un azar, una inspiración mágica, un destello creativo que te lleva a la consagración, es un reto inspirado que exige constancia, organización, disciplina y metas.
Sin la laboriosidad diaria (de lunes a viernes, de 8:00 a.m. a 2:00 p.m) de Vargas Llosa, quizá la vena creativa del joven escritor se hubiera perdido en la bohemia de aquel bar donde se ambientó Conversaciones en la Cátedra. ¿Cuántos émulos de Vargas Llosa se han perdido más que por falta de talento por carecer de autodisciplina?

Nuestro escritor, desde adolescente en un colegio público: San Miguel de Piura, evidencio la firmeza de su voluntad al poner en escena su primera obra “La huida del Inca”. En otra institución pública, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, recogió los insumos más valiosos de su magnífica obra literaria.
Incluso, este año, Vargas Llosa ha sido galardonado por el rey Juan Carlos de España con el título de marqués como reconocimiento a su prolífica labor literaria, siendo el primer peruano en recibir esta distinción.
¿Cuál es la fórmula? Mucha constancia y, como lo dice con modestia nuestro primer Nobel, un poquito de talento.

Maestros y alumnos

Esa constancia es la que deben de tener los maestros en el Perú. Necesitamos profesionales formados para comprender los procesos del conocimiento. Construir locales y repartir computadoras no cambia el rumbo de la historia educativa. El problema está directamente relacionado con el valor que el Estado otorga a la labor del maestro.
Actualmente son pocos los jóvenes que postulan a la carrera de educación debido a que el docente es mal pagado. Por tanto, se debe priorizar la formación de los maestros y tener acceso a una capacitación permanente. El Estado es quien debe encargarse que los maestros tengan una actualización pedagógica especializada gratuita y quien debe financiar estudios de segunda especialidad, maestría y doctorado. En suma, debe dar las mejores condiciones laborales para todos los trabajadores en la educación.
La base de todo sistema educativo es el potencial humano. Ningún laboratorio o computadora tendrá valor si no los maneja un maestro bien preparado. Para una buena escuela, no importa mucho su infraestructura sino la calidad de lo que se intercambia entre niños y maestros.
Del maestro dependerá la calidad de la nueva generación. Por ello el problema educativo no se resolverá construyendo más colegios y donando computadoras, sino valorando la carrera del maestro, con una remuneración digna y respeto por parte de la sociedad.
Alfred Nobel (1833 – 1896), fue un ingeniero y químico sueco que gracias a su talento inventó la dinamita que tanto aporta a la construcción y la minería, como también a la destrucción y a la muerte. Nobel murió multimillonario por su inventiva, sin embargo, quiso que su fortuna y legado sirviere a la paz, la creación y el entendimiento humano.

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